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Un nuevo informe de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos analiza exhaustivamente los efectos de los mal llamados cigarrillos electrónicos en la salud humana. Aunque la base de investigación es limitada, dado el tiempo relativamente corto en que se han utilizado los vaporizadores (su nombre correcto), el comité que realizó el estudio identificó y examinó más de 800 estudios científicos revisados, llegando a decenas de conclusiones sobre su rango de impactos en nuestra salud.
Las evidencias sugieren que, si bien los vaporizadores no están exentos de riesgos para la salud, es probable que sean "mucho menos dañinos que los cigarrillos convencionales", indica el informe. No sólo contienen menor cantidad y niveles más bajos de sustancias tóxicas que los cigarrillos convencionales sino que además, según señala el informe, el uso de estos instrumentos puede ayudar a los adultos a dejar de fumar. Sin embargo, sus efectos a largo plazo sobre la salud aún no están claros. Entre los jóvenes, que usan cigarrillos electrónicos a tasas más altas que los adultos, el trabajo dice tener pruebas sustanciales de que el uso del vaporizadoraumenta el riesgo de pasar al hábito de fumar cigarrillos convencionales.
Los vaporizadores son un grupo diverso de productos que contienen un elemento calentador que produce un aerosol de un líquido que los usuarios pueden inhalar a través de una boquilla e incluyen una gama de dispositivos como "cig-a-likes", sistemas de tanques de vapor y mods. Aunque su implantación en países europeos como Reino Unido u Holanda es infinitamente mayor que en España, se calcula que unos 700.000 españoles utilizan vaporizadores. Este uso varía sustancialmente entre los distintos grupos demográficos, en función de la edad, el sexo, la raza o la etnia. Por ejemplo, entre jóvenes y adultos, el uso suele ser mayor entre los hombres que entre las mujeres.
Aún se desconoce si los vaporizadores tienen un impacto general positivo o negativo en la salud pública, reseña el informe. Se necesitan más y mejores investigaciones para determinar los efectos de los vaporizadores sobre la salud a corto y largo plazo.
"Los cigarrillos electrónicos no pueden clasificarse simplemente como beneficiosos o perjudiciales", explica David Eaton, presidente del comité que redactó el informe, y decano y vicerrector de la Escuela de Graduados de la Universidad de Washington, Seattle. "En algunas circunstancias, como su uso por parte de adolescentes y adultos jóvenes no fumadores, sus efectos adversos causan preocupación. En otros casos, como cuando los fumadores adultos los usan para dejar de fumar, ofrecen la oportunidad de reducir las enfermedades relacionadas con el tabaquismo".
El informe ofrece las siguientes conclusiones sobre el uso de los cigarrillos electrónicos y su impacto en la salud:
Exposición a la nicotina
Exposición a sustancias tóxicas
Dependencia y abuso de responsabilidad
Reducción de daños
Uso por jóvenes y adultos jóvenes
Vapeo pasivo
Cáncer
Efectos respiratorios
Lesiones e intoxicaciones
Efectos reproductivos y de desarrollo
Hasta que se disponga de datos científicos más precisos, la modelización de la población puede ayudar a estimar el equilibrio de los posibles beneficios y daños. Bajo el supuesto de que el uso delvaporizador aumenta la velocidad a la que los adultos abandonan el hábito de fumar convencional, los proyectos de modelado que usan cigarrillos electrónicos generarán un beneficio neto de salud pública, al menos a corto plazo. Los daños causados por la mayor tasa de tabaquismo convencional entre los jóvenes que habían usado cigarrillos electrónicos tardarán décadas en aparecer. Para las proyecciones a largo plazo, el beneficio neto de salud pública es sustancialmente menor, y bajo algunos escenarios, el impacto neto es perjudicial.
"Maximizar los posibles beneficios para la salud asociados con los cigarrillos electrónicos, dice el informe, requerirá determinar con más precisión de qué forma ayudan a las personas a dejar de fumar y en qué condiciones". No obstante, lo que parece indudable, según este último estudio, el más completo realizado hasta la fecha, es que el vaporizador no sólo es mucho menos nocivo que el tabaco, sino que constituye la herramienta más eficiente de la actualidad para dejar de fumar.